jueves, 31 de enero de 2013

El saber vestir en distintas ocasiones

Los roles que han venido desempeñando hombres y mujeres durante años han variado sustancialmente en las últimas tres décadas. La incorporación de la mujer al ámbito laboral y la asimilación y adaptación del hombre a esta nueva situación ha tenido su reflejo en el ámbito personal, familiar y en el estatus social. En este nuevo escenario, el ritmo de la vida se ha acelerado y el tiempo se ha convertido en un bien preciado que no tiene como prioridad el cuidado y la elección de la imagen adecuada. En estas circunstancias lo "práctico" ha ganado protagonismo facilitando la adaptación del individuo a su entorno real. De esta forma, en la actualidad hay una mayor permisividad y relajación en lo que respecta a las reglas que rigen la imagen externa y se recurre, en la mayoría de  los casos, a la sencillez.
En la elección de la imagen que deseamos o debemos ofrecer en un evento concreto, como una cena informal, una comida de trabajo o una presentación de empresa, influyen factores como el estado de ánimo, el cansancio, la salud o el tiempo de que disponemos. Salvo excepciones, lo normal en el día a día son las prisas y utilizar lo primero que se tiene a mano en el guardarropa.

Además de los factores emocionales y del escaso tiempo de que se dispone para elegir adecuadamente la ropa que se desea para ofrecer la imagen externa más atractiva, hay que tener en cuenta la hora, el lugar, la fecha y el clima. También es aconsejable conocer algunas características de los invitados que asistan, teniendo en cuenta la vinculación personal o laboral que tenga con el evento. No es lo mismo asistir a una conferencia si se es el oyente que si se es el ponente, o en el caso de una boda, no es igual ser familiar directo que si se es un amigo o compañero de trabajo. Es decir, si uno es parte del protagonismo del acontecimiento debe cuidar más su imagen ya que va a ser el foco de atención.
Es muy importante la " primera impresión", básicamente es una tarjeta de visita y que, dependiendo de la adecuación de ésta,  se pueden alcanzar objetivos o arruinarlos. También que muchas ocasiones no hay una segunda oportunidad para dar una primera impresión y que ésta se realiza  en cuestión de segundos, por lo que debe ser más adecuada y coherente con lo que se quiere transmitir. Hay situaciones concretas que son definitorias en la vida, y es en ese momento en el que hay que ofrecer la mejor imagen con la debida adecuación de los códigos.

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